viernes, 18 de marzo de 2016

Historicismo en Andalucía.

HISTORICISMO EN ANDALUCÍA.

El historicismo desarrollado en la España del cambio de siglo, incluso en años posteriores, no dejaba de ser una barrera ideológica ante la llegada de las nuevas corrientes que se estaban gestando en el resto de Europa. Juan Daniel Fullaondo ha expresado a este respecto que la atención de la arquitectura española se centraba en aquellos momentos en dos puntos, que al final iban a ser en cierto modo convergentes, el primero de ellos era la recuperación de los estilos históricos, y la segunda, la mezcla de este historicismo con las formas y los materiales tradicionalmente utilizados por las diferentes escuelas regionales. A esta simbiosis, algunos autores comenzaron a denominarla regionalismo histórico. En el ámbito nacional se reconocieron algunas escuelas de tipo regional, entre las quedestacarían los estilos vascos, montañés, aragonés, catalán y el andaluz. La actitud claramente surrealista en opinión de Fullaondo no podía menos que conducir a un clima de delirio por diversas razones: la primera, por favorecer, en definitiva, la perpetuación, bajo otra máscara distinta, del funesto eclecticismo en que desembocó la crisis agotada del neoclasicismo. La segunda, por oponerse, en definitiva a los logros de la conciencia moderna. En el fondo, y ateniéndonos a la época en que se produjo,el tradicionalismo arquitectónico o regional es un movimiento nostálgico, reaccionario, la última línea de defensa de la antigua conciencia. Y la tercera razón y más importante, reside en su carácter tardío. Queda así expresado el dilema que existió entre la utilización de los estilos históricos, incluida su vertiente regionalista y la aceptación de las nuevas formas representadas primero por el Modernismo y posteriormente por el Racionalismo.

En los primeros años del siglo XX se proyectaron algunos edificios de estilo modernista en muchas de nuestras ciudades, aunque su extensión fue en cualquier caso siempre limitada, en comparación con la utilización del historicismo y el eclecticismo. Entre otras razones, porque este movimiento estuvo desde su nacimiento asociado a una ideología, que era muy poco representativa entre las clases sociales con el suficiente poder económico para financiar construcciones en las primeras décadas del siglo XX. Incluso, se podría afirmar en sentido contrario, que la estructura social establecida en la mayoría de las ciudades meridionales y del centro del país, tenían por entonces un marcado carácter rural, y por lo tanto se mantenían más acorde con los esquemas sociales heredados de la época preindustrial y del antiguo régimen, incluyendo los privilegios de la clase aristocrática.
Esquemas sociales que se vinculaban con un lenguaje arquitectónico de carácter histórico como representación de los valores del pasado, en cierto modo idealizado, y que se posicionaba en contra del empuje desarrollado por el incipiente capitalismo industrial y sus nuevas formas de expresión como podía ser el Modernismo.
 Las adhesiones que pudieron producirse a favor de cualquier corriente artística nueva,como en este caso era el Modernismo, respondían a veces a un mimetismo desarrollado por una minoría que, o bien había viajado a los lugares donde tuvo verdadera importancia, o fueron los arquitectos de aquellas zonas los que se desplazaron para trabajar en otras regiones del país.
Otra motivación, también pudo ser la adopción deciertas políticas de carácter más progresista que les hacía desear la ruptura con las antiguas formas. Sobre todo porque éstas evidenciaban de algún modola representación de estructuras sociales caducas, mientras que en el sentido contrario las construcciones modernistas suponían la materialización de los nuevos modelos sociales vinculados a la a la concepción de este tipo de ideas que pretendían superar esquemas sociales más arcaicos. 
La denominada arquitectura “vernácula” o de carácter localista, que aunque se sustenta sobre todo en la tradición, no tiene porque conllevar necesariamente la expresión de una ideología conservadora. Representa más bien la condensación de una herencia cultural del pueblo adaptada a la geografía y al clima, y un tanto al margen de las modas arquitectónicas de cada momento. Se trata de una arquitectura que se ha ido configurando a través del tiempo, en un lento proceso evolutivo que responde a la adaptación de una serie de elementos particulares al hecho constructivo, favorecida sin duda por la idiosincrasia lugar. Los elementos más determinantes de este tipo de construcción, además del clima, lo constituyen la orografía, junto al uso de las materias primas autóctonas, o las actividades económicas que habitualmente se han venido desarrollando en la zona, y por supuesto, la sedimentación de los procesos culturales que los habitantes de una zona han ido perpetuando a través de la tradición popular.
La belleza se busca a través de la armonía que se hace presente en este tipo de arquitectura por su cuidada y estudiada “euritmia”, como concepto de lo proporcionado, armónico y ordenado en el ritmo compositivo de sus simétricos edificios. También la autenticidad constituye en otra de sus virtudes, como expresión verdadera y unificadora de lo local y lo regional, tanto a través de sus formas, como del empleo de materiales autóctonos. Y por último la utilidad como el principio quepretende la mejor adecuación de los espacios a su función.

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