jueves, 17 de marzo de 2016

ARQUITECTURA MODERNISTA EN ANDALUCÍA.

El movimiento modernista se sitúa entre la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX.
No fue éste un estilo que se desarrollara en solitario, pues en esos mismos años arquitectos ajenos a este movimiento artístico seguían trabajando dentro del más puro clasicismo, al tiempo que otros experimentaban dentro del campo eclectecista ; y otros más, levantando edificios historicistas en clave neogótica, neomudéjar, neorenacentista o neobarroca.
El modernismo viene a ser la traducción del "Art Nouveau" francés que se expandió por toda Europa. Y una de sus características sería su complejo complemento decorativo, siendo el cultivo de los oficios algo que debe mucho al modernismo: las vidrieras emplomadas, la cerámica vidriada, la carpintería decorativa, la ornamentación escultórica o el hierro forjado tuvieron un gran desarrollo en esta época. Otra característica es su relación con la naturaleza, siendo la decoración modernista abundante en temas vegetales y florales, pero de alguna manera idealizada o transformada por la mentalidad del propio artista. 
Aunque el eclecticismo fue el modo de hacer habitual de los arquitectos del siglo XIX, y quedaba claro que se podía tomar cualquier estilo y mezclarlo con otros a voluntad, algunos de estos estilos fueron más valorados que otros. En especial, debido a las corrientes románticas de finales de siglo, uno de ellos fue el gótico, por su misticismo religioso. Otro componente importante del modernismo sería el exotismo, que en España quedaba muy asociado a lo islámico. Ambos factores fueron de especial importancia en el concepto modernista en general, quedando tamizados en Andalucía además por las corrientes culturales locales.
En Sevilla el movimiento modernista fue seguido en algún momento por casi todos los grandes arquitectos de principios del siglo XX, entre los que se encuentran Aníbal González, Juan Talavera y Heredia, Antonio Gómez Millán o José Espiau y Muñoz , entre otros. Entre todos ellos se creó un pequeño patrimonio de edificios que cuentan con los elementos y la estética propios del modernismo, algunos de los cuales son:

-La Casa para Antonio López, en Calle Orfila, de 1907, obra de José Espiau y Muñoz.
-El Edificio en Calle Adriano, de Antonio Gómez Millán, de 1914.
-La Casa para Juan Haro, de Simón Barris, en Calle Tomás de Ibarra, 7 y 9, de 1905
-La Casa para el Marqués de Villamarta, en Calle Reyes Católicos, 11, de 1904, obra de José Gómez Otero y José Espiau de la Coba.
-La Casa Laureano Montoto, en Calle Alfonso XII, de Anibal González, de 1906.
-La Casa Arcenegui, en Plaza de San Francisco, de 1911, obra de José Espiau y Muñoz.

LA CASA LAUREANO MONTOTO.


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