jueves, 4 de febrero de 2016

LA CIUDAD DEL RENACIMIENTO.

LA CIUDAD DEL RENACIMIENTO.

Con el renacimiento se produce un cambio cultural, en el que se vuelve a los ideales clásicos y se empieza a considerar al hombre como centro del universo, y no a Dios.
Tanto arquitectónicamente como urbanísitcamente se vuelve a los griegos y romanos, siendo la gran referencia el arquitecto romano Vitrubio, quien postulaba que la ciudad debía ser octogonal. Siguiendo este esquema, se diseñaron y construyeron las ciudades renacentistas.  La arquitectura se muy marcada por el Renacimiento, los nuevos edificios son copias de los clásicos. En el urbanismo no se nota tanto los ideales renacentistas porque apenas se hacen ciudades.

Características:
-Regularidad: Las ciudades tienden a la circunferencia (estrella, octógono o circunferencia) y sus calles son octogonales o tienden al radiocentrismo.
-Preocupación defensiva: Las murallas son más fuertes.
-Estética: Es fundamental la belleza.
-Higiene: Se mejora respecto a la Edad Media.
-Orden: La ciudad es octogonal para refugiarse de los ocho vientos dominantes. Cada barrio se dedica a una cosa.
-Calles: Tienen alineaciones rectas, se convierten en un lugar donde contemplar los edificios.
-Plaza: Era para reunión y contemplación de edificios.

Las ciudades se construyen por razones militares religiosos y culturales.
La mayoría de las obras es acondicionamiento de partes de la ciudad.
Las ideas renacentistas postulan calles rectilíneas y con una arquitectura uniforme, con grandes plazas y conjuntos monumentales. Las ciudades renacentistas se basan en las medievales pero con pequeños cambios superficiales impulsados por las élites.

 Plano de Baeza:




Los siglos XV y XVI fueron los de mayor esplendor de Baeza. Se creó la Universidad de Baeza y las reformas urbanas se sucedieron. El poder civil y religioso se instaló en el centro, se levantó la Catedral y en su entorno el palacio y seminario. A finales del siglo XVI en uno de los palacios cercanos, el de Gil Bayle de Cabrera , se instaló el Concejo. El panorama se vio ensombrecido por los enfrentamientos entre los bandos de la aristocracia local (Benavides y Carvajales) y que dio lugar a la demolición de las murallas por orden de la reina Isabel la Católica.

PUERTA DE LA UNIVERSIDAD DE BAEZA.

 Plano de Úbeda:


Las reformas renacentistas se yuxtaponen a la imagen medieval y representan la construcción de espacios simbólicos dirigidos por los poderes civiles. La estructura de la ciudad se consolida y alcanza su plenitud urbana y arquitectónica. Con modelos italianos y notas francesas se construyen los palacios y casas hidalgas ubetenses, cuyos modelos tienen una continuidad hasta el siglo XVIII, inicio de la decadencia de la ciudad.
La mayor originalidad de Úbeda se produce en las operaciones de reestructuración interna llevadas a cabo sobre la ciudad mudéjar original:

-Apertura de Placetas: Ante los nuevos edificios públicos o residenciales de cierta entidad.

-Arquitectura focalizando visuales: En línea con el fin de perspectiva y con la teoría renacentista de "calle cerrada".

-Soluciones de esquina: Torres y brillantes composiciones desarrolladas en aristas de ángulo que contribuyen muy eficazmente a la recalificación de la ciudad mudéjar heredada.

-Una operación urbana inédita en España, la Plaza Vázquez de Molina: además de por su extraordinaria calidad arquitectónica, supone una intervención que complejiza la organización urbana para representar el nuevo recinto del poder, concreción espacial y formal de la aristocracia política y económica que se configura durante la etapa renacentista.


El Palacio, pasa a ser durante los siglos XVI, XVII y XVIII el prototipo de la arquitectura señorial e institucional, y destaca como el elemento de mayor significación en el entramado ubetense. Los nobles compiten en la majestuosidad de sus residencias.





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